martes, 27 de mayo de 2008

¿CÓMO ENSEÑAR PARA QUE LA DIVERSIDAD DE ESTUDIANTES PRESENTES EN UNA SALA DE CLASES APRENDA?

Actualmente, nos encontramos que, cada vez de manera más frecuente, las aulas son escenarios donde se concentran grupos de alumnos con una gran diversidad. Por ejemplo, diferencias por razones sociales, étnicas y culturales, alumnos con baja motivación o altas capacidades, alumnos con necesidades educativas especiales, etc. Todos somos distintos por nuestras características fisiológicas, temperamento, carácter, medio en que vivimos, historia, condicionamiento y experiencias, por lo tanto, la organización del campo perceptual en cada uno de nosotros es diferente.
Es por eso que el aprendizaje, como creciente proceso de individualización, debe ser considerado como desigual en cada persona. Por consiguiente no se debe clasificar a los alumnos como meros receptores de datos y acumulación de hechos, sino que los profesores deben apoyar y facilitar el aprendizaje de los estudiantes, de forma que les ayuden a crearse a ellos mismos y dar importantancia a su existencia, desarrollando de tal modo un aprendizaje significativo, el que se logra cuando el educando percibe el tema de estudio como importante para sus propios objetivos.
Para que la diversidad de estudiantes presentes en una sala de clases aprenda, es necesario que el profesor desarrolle actitudes como la tolerancia, comprensión, respeto y el reconocimiento de que todas las personas son únicas e irrepetibles, por lo tanto, poseen capacidades, necesidades y tiempos distintos para aprender y desarrollarse. Además el docente debe desprenderse de la idea de clasificar a los alumnos como buenos o malos, más o menos inteligentes, rápidos o lentos y otras categorizaciones que circulan por la sociedad otorgando rotulaciones y títulos de excelencia.
Se debe rechazar la diferenciación basada en las características personales, así como el rebajar los objetivos educativos por su origen social. Es necesario desarrollar estrategias para que las potencialidades de este alumnado diverso encuentren su lugar en la escuela, donde pueda desarrollarse plenamente, mediante la participación en las distintas áreas educativas ya sea escolares como extraescolares. Para esto considero que el profesor debe aprender a conocer e interactuar con los distintos alumnos y sus modos de pensar y ante lo cual es fundamental el diálogo, el conversar y el rescatar lo mejor de cada alumno y así contribuir a la integración no sólo escolar sino también social.
En el proceso de enseñanza-aprendizaje también es primordial el contexto del alumno y aquí cumple un rol trascendental la familia y la atención que ésta preste a sus hijos, algunos niños se cansan de los regalos y el dinero que reciben de sus padres como compensación a la soledad. Pero no todas las familias son iguales: muchos padres están desesperados con los malos resultados de sus hijos, con su conducta; no saben qué hacer, viven en una constante situación de desasosiego.
Todos los alumnos pueden aprender, considerando sin embargo que cada estudiante experimentará, en algún u otro momento, dificultades de aprendizaje en distintos dominios, como suele ocurrirnos a todos, tener dificultades en el proceso de aprender es normal. ¿Por qué excluir a algunos estudiantes? Por ejemplo, hay jóvenes que comprenden mejor de manera visual, otros escuchando una clase, otros realizando esquemas o leyendo, por eso, se requiere al enseñar, utilizar variadas metodologías a lo largo del proceso educativo.
Si queremos que la totalidad de nuestro alumnado aprenda debemos ser capaces de respetar sus tiempos y poner énfasis en los alumnos con mayores dificultades, más que en aquellos que muestran una desarrollada independencia. Intentar entonces “rescatar” a todos los alumnos y no dejar de lado a los esquematizados como “niños problemas”, cuya principal dificultad es la desmotivación, es un deber del profesorado.
Es indudable que este compromiso de enseñar desde y para la diversidad nos plantea una tarea más compleja dada nuestra inserción en un sistema educativo uniformizado, que pone el énfasis en la selección del alumnado para la búsqueda de mejores puntajes y rankings. Pero la idea de un aula que estuviese compuesta por alumnos con características más o menos homogéneas, es un proyecto irrealizable. Además pienso que lo armónico no se encuentra en la igualdad sino en la diversidad, donde en el aula los alumnos sean capaces de complementarse y aprender en conjunto tanto de su profesor como de sus propios compañeros.
Sin embargo ¿por qué si en la escuela se reconoce la existencia incuestionable de la diversidad se emplea la existencia de un currículo común para todos? ¿Qué ocurre con los alumnos que previsiblemente no van a seguir el ritmo? ¿Están planificadas las medidas para dar respuesta a sus dificultades?

sábado, 17 de mayo de 2008

¿CUÁL ES SEGÚN TU OPINÓN LA FORMA MÁS JUSTA DE EVALUAR EL DESEMPEÑO DE UN ESTUDIANTE?


La evaluación es un proceso de medición e investigación, que sirve para comparar el resultado obtenido con el que se espera, y de esta forma establecer razonablemente el valor de un proceso educativo y emitir un juicio codificado en una calificación.

En cuanto a las opiniones, destacan en primer lugar los juicios negativos sobre las pruebas, en los que, para algunos, se concentran todos los problemas de la educación. Se dice que las evaluaciones producen más efectos negativos que positivos, que son represivos, que reflejan un estilo de enseñanza conservador y autoritario, que producen ansiedad y provocan secuelas muy negativas en los alumnos.

Por el contrario, otros acuden a su experiencia y al sentido común para demostrar que la mayoría de los alumnos no sufre estos daños, ya que, normalmente, las malas calificaciones se asignan a los alumnos que no han estudiado y sus problemas no se van a solucionar suprimiendo los exámenes.

En este sentido, se debe tener presente que en la enseñanza no puede haber una instrucción sin evaluación, pues no existe un proceso de enseñanza-aprendizaje si no hay metas que alcanzar y si éstas no se valoran objetivamente, pero ¿cómo evaluar?

Si tomamos en consideración que no hay un único modo de evaluar un hecho o resultado y que todo depende del punto de vista de la evaluación, lo que si se debe tener presente es el evaluar de la manera más justa y ética posible, pero en base a esto surgen nuevas interrogantes sobre los aspectos que se deben considerar al momento de realizar una evaluación, por ejemplo, ¿para evaluar es de vital importancia la memoria?

Considero que nuestro sistema educativo aun conserva ideales arraigados en cuanto al sistema tradicional que nos presupone como medida fundamental la memoria, no obstante como futuros docentes debemos tener presente que la memoria sólo es importante en algunos momentos, como para recordar datos específicos de un tema. Pero los estudiantes deben enfatizar en el verdadero aprendizaje y en esto considero radical el entender más que nada los procesos, para que el aprendizaje sea significativo.

De esta forma queda claro que la labor del profesor al momento de evaluar es trascendental y de aquí la aplicación de las metodologías que éste considere óptimas para el tipo de aprendizaje que espera obtener, pueden ser trabajos individuales o grupales, disertaciones, pruebas orales o escritas lo radical sin embargo consiste en que se establezcan objetivos a alcanzar, que se planifiquen las evaluaciones, pero que se modifiquen dependiendo de los logros que va logrando el alumnado.

Para Pedro Ahumada (1983) “La evaluación es un proceso cíclico, es decir se inicia con la formulación de objetivos y finaliza con la confirmación de dichos objetivos, pasando por situaciones intermedias de selección de experiencias de aprendizaje, aplicación de procedimientos evaluativos y análisis de resultados.”

Al respecto, para apreciar el desempeño de un estudiante, pienso que la evaluación se debe llevar a cabo de una forma individualizada y personalizada para obtener información sobre la evolución de cada alumno teniendo en cuenta su dimensión personal, además debe ser continuada e integrada en el ritmo de la clase, lo que nos permitirá obtener información sobre la evolución de los alumnos, sus dificultades y progresos y nos permitirá dar la ayuda necesaria en cada momento.

Se pueden de esta manera realizar una evaluación inicial, para saber así los conocimientos previos del alumno y de esta base nivelar y continuar la entrega de conocimientos, posteriormente realizar una evaluación de proceso a través de trabajos o actividades y así determinar si se están logrando los objetivos esperados, para finalizar con una evaluación final que englobe todo lo que comprende el proceso de enseñanza y aprendizaje.

En opinión de Meza (1991) “La continuidad de la evaluación, significa que constituye una proceso que acompaña siempre a cualquier tipo de actividad educativa o de instrucción y que incluye a la vez todos los aspectos del desarrollo de la personalidad del estudiante”

No obstante se debe clasificar a la evaluación como un medio y no como un fin, su función principal es el mejoramiento del proceso y de todos y cada uno de los factores que intervienen en él, lo importante no es la nota que se obtiene sino ¿qué se puede hacer para que estas calificaciones se mantengan o sean mejores?, o simplemente comprender ¿qué se está haciendo mal?, ¿por qué los alumnos no aprenden? o ¿por qué no se motivan para estudiar?. En fin, con la evaluación se analiza no solo al alumnado sino la labor docente y he aquí lo trascendental de su función.

Sin embargo si el proceso de enseñanza-aprendizaje es un trabajo en conjunto profesor-alumno ¿Por qué en el sistema de evaluación sólo intervienen los profesores y no los alumnos? ¿Se podría llegar a un acuerdo?

martes, 6 de mayo de 2008

¿CÓMO SE APRENDE HISTORIA Y GEOGRAFÍA?

La enseñanza de la historia plantea problemas de fondo muy especiales. La labor docente debe contemplarlos y adaptarse a ellos para hacer está disciplina más accesible a los alumnos. Éstos apenas conocen a su familia y a su entorno, por lo cual la vida colectiva que les presenta la historia va más allá de su experiencia y comprensión. El docente debe salvar además de esa dificultad, las planteadas por las diversidades ideológicas de los distintos hogares, evitando con sobria objetividad, la discrepancia entre hogar y escuela.
La geografía, aunque más objetiva y menos sujeta a interpretaciones dispares, presenta a la vez, interrogantes y dificultades características.
En fin, el aprendizaje va muy de la mano con el enseñar y por lo mismo, será necesario el emplear buenos métodos de enseñanza para que el alumno sea lo suficientemente capaz de desarrollar las habilidades necesarias para que su aprendizaje sea significativo.
Muchos consideran que el leer es la mejor manera de informarse y aprender, en eso estoy de acuerdo, pero por que a mí me gusta la historia y geografía y por lo mismo me intereso por educarme y utilizar diferentes técnicas de aprendizaje, pero la situación es muy distinta para un alumno de educación media, donde no todos están motivados por desarrollar esta área y tampoco tienen la costumbre y voluntad de leer intensivamente. Pero ¿por qué no se leen textos de historia con la misma razón que los extractos, a menudo poco interesantes o demasiado difíciles, de los novelistas contemporáneos?¿Por qué solo se hacen escribir textos con pretensiones literarias, como si debiéramos prepararnos para ser escritores? Ejercitando así, los alumnos adquirirían al mismo tiempo importantes nociones históricas, si bien no como historiadores, pero si para la utilización del conocimiento en esta área en su posterior formación educacional e integral.
No todas las personas somos iguales y por lo mismo utilizamos diferentes técnicas de aprendizaje y metodologías de estudio. La historia se puede aprender escuchando la cátedra del profesor, realizando resúmenes, esquemas o trabajando en grupo, la geografía es una ciencia de observación y se relaciona con las ciencias naturales, por lo mismo creo que es más fácil aprenderla realizando actividades más fácticas.
En cualquier caso, lo esencial es aprender a asociar los conocimientos previos que se tienen en el área y posteriormente relacionarlos con situaciones de nuestro entorno y diario vivir.
Aunque el aprender historia y geografía requiere un gran esfuerzo de memoria, no sólo basta con eso, sino que además es preciso comprender procesos y analizar situaciones, el tiempo pasa y la memoria falla, pero aquello que nos ha sido significativo se incorpora a nosotros y jamás se olvida.
La historia y geografía hay que aprender a quererla y sobre todo aprender a aprehenderla, pero no todo está en los libros, no todo se ha escrito aun y por lo mismo el desarrollo de nuestras habilidades mentales deben ir hacia un más allá de lo que se escribe con letras, es un “dejar que los libros nos hablen”
El alumno de hoy en día tiene muchas cosas a su favor y en esto hay que agradecerle a la tecnología, sin embargo el exceso de información trae consigo otras dificultades como la superproducción de ésta y una rápida obsolescencia del conocimiento, el alumno se vuelve autodidacta, pero a la vez requiere desarrollar ciertas capacidades de discriminación y crítica, para esto es fundamental la orientación del profesor.
El aprender historia y geografía no tiene porque ser un proceso aburrido, aquí también recae otra vez la función del profesor que siempre debe procurar una motivación del alumnado hacia nuevos conocimientos, que se interese a aprender por sí mismo, ayudarlo y guiarlo a hacer él, el principal constructor de su aprendizaje.
Pero ¿cómo puedo motivar a los alumnos a interesarse por la historia y geográfia?
Quizás es un trabajo arduo, pero ¿imposible?